«Canciones del que no canta», el último libro de Benedetti

El poeta, narrador y dramaturgo uruguayo Mario Benedetti, a sus casi 87 años, acaba de publicar su último poemario, Canciones del que no canta, un libro dedicado a la memoria de su mujer, y en el que retoma, con serenidad y madurez, la pérdida, el paso del tiempo o la fragilidad de la vida.

Canciones del que no canta, editado por Visor, es el título de este poemario que ya está en las librerías y que el autor dedica a su esposa, Luz López Alegre, fallecida hace casi un año, tras una larga enfermedad, en Montevideo.

Y es precisamente el recuerdo de este amor, una relación que duró 60 años, uno de los motivos que recorren las páginas de este poemario: «Nos encontramos siendo niño y niña/y nos fuimos queriendo de a poquito/novios conscientes/luego nos casamos y cumplimos 60 años de suerte. Una mañana ella empezó a extraviarse/no encontraba la casa madrileña/ y a mi me fue naciendo la piedad/como una nueva forma del amor», escribe.

Pero Benedetti, que ya no viene a Madrid a pasar grandes temporadas como hacía tiempo atrás, ha transformado esta pérdida, este dolor, en creación poética, y como además el médico le ha recomendado que no deje de escribir para que siga manteniendo viva su cabeza y espíritu, está más prolijo y transcendente que nunca.

Así, en este libro no sólo canta a la pérdida ni hace elegías sobre la soledad, el tiempo pasado o lo impredecible de la vida, sino que expresa, con gran fuerza y pasión, su gusto por la canción, el amor, el erotismo, el poder lúdico del vino o su reconocimiento a los escritores que han ido forjando su vida, como Juan Rulfo, Machado, Onetti, Vallejo, Kafka, Proust, Gelman, García Márquez, Paco Orondo o José Emilio Pacheco.

De ellos dice: «Son mi vino/ y cuando me desarmo y los encuentro brindo con ellos en copa de letras».

La música, que es parte importante de la vida de este poeta uruguayo, uno de los autores cuyos poemas han sido más musicalizados y cantados por cantautores, como Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, Nacha Guevara o Pablo Milanés, también está presente en este poemario.

Y este aspecto queda reflejado, desde en el título que da nombre al libro Canciones del que no canta, «como me gustaría/ cantar pero no canto/ por respeto a mí mismo y a los otros/ a veces canto en sueños...» hasta en poemas dedicados a la balada, los grillos o, haciendo un juego, a la milonga desvelada o la milonga de los perdedores.

Otra buena parte de Canciones del que no canta está dedicada a los sonetos. Bajo el título Sonetos con destino, Benedetti reúne 28 sonetos, entre ellos, algunos dedicados a la cerrazón, al verano, al tango, a los enemigos, la lucha de clases, los sentimientos o el dinero.

En resumen, 90 poemas más un epílogo, en el que este autor de más de 80 libros, y que ha recibo casi todos los premios posibles, entre ellos, el Menéndez Pelayo o el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, describe la despedida y el vacío dejado por su mujer tras su muerte