viernes, marzo 16, 2007

Aute rompe con 'A día de hoy' un silencio de casi cinco años


Madrid, 15 mar. (COLPISA, Miguel Lorenci).
“Un poco de mala baba y muy buenas intenciones”. Dice Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) que ambas cosas conviven en ‘A día de hoy’ (Sony-BMG) el disco con el que rompe casi cinco años de silencio. Cumplidos 63 años se siente Aute “más creativo que a los cuarenta”. “Se ha abierto la espita y han empezado a salir las canciones” explica este incansable compositor, cantante, pintor y poeta que lleva cuatro décadas creando “pero sin sentirme nunca un profesional”. El disco se compone con 14 temas “muy diferentes” y “sin denominador común”. Canta Aute en francés, en homenaje a los surrealistas, en inglés en honor de John Lennon, y evoca a Picasso, Velázquez o Goya.
PREGUNTA: ‘A día de hoy’ ¿resume sus 40 años de carrera?
RESPUESTA: No. Como todos los discos, es un poco de recuento, pero tiene más de punto de partida. Abre muchas puertas con canciones, letras y tratamientos muy distintos. Hay temas intimistas, en mi línea mas reconocible, pero otras canciones muy nuevas. Es menos homogéneo que otros discos.
P: Encierra varios homenajes y uno muy especial a ‘Imagine’ de John Lennon
R: Sí. Es una bellísima canción que crece con el tiempo. Cuando se compuso era buena, pero el tiempo le ha dado más entidad de la que Lennon soñó. Lennon es para mí el más grande, por encima de Dylan. Aprecio mucho a Bob Dylan y comencé a escribir por él, pero con el paso del tiempo Dylan se me cae; se convierte en una caricatura de sí mismo. Lennon, por contra, no deja de crecer.
P: ¿Canta en inglés por primera vez?
R: No. Ya grabé un disco con 16 canciones en inglés, ‘Aire-Invisible’, y otras 14 en castellano. Es mi lengua materna. Lo hablé en Filipinas antes que el español.
P: ¿Es hoy más escéptico y más cínico que cuando empezó?
R: Estoy más gastado. Tengo 63 años, que no es lo mismo que 36. Pero mis motivaciones son las mismas. La motivación es ese bicho raro que somos los seres humanos y las preguntas eternas: qué somos, dónde vamos, por qué sufrimos, lloramos o reímos. Por qué amamos y matamos. Si pasas por la vida sin hacerte estas preguntas, no has vivido Se que me queda menos tiempo y eso se traduce en ansiedad creativa. Ansiedad por comprender las cosas.
P: ¿Ha hecho en la vida lo que ha querido o lo que ha podido?
P: He hecho bastante lo que he querido. Ahora pretendo hacer lo que no he podido, como una película con la que llevo años a vueltas. La fiebre creativa es más alta a los sesenta que a los 40. La premura del tiempo me hace ser más creativo ahora que entonces.

No parar

P: ¿Cuál es la clave para no perder las ganas de hacer cosas?.
R: No lo sé. Cuando me vence la desgana soy incapaz de todo. Para este disco vencí uno de esos periodos gracias a unos poemas de mi admirado amigo Carlos Edmundo de Ory a los que puse música. Cogí el virus y no pude parar. Mi clave para vivir es no parar. Fabricar canciones, poemas, cuadros o dibujos. No separo la creación de la vida. Vivir es fabricar. Crear. No entiendo la vida sin hacer lo que hago, que no es un trabajo.
P: ¿No es un profesional de la música?
R: Ni de la música ni de nada. Nunca he sido un profesional. Ser creador y profesional es incompatible. Crear es ejercitar la libertad máxima. Es una necesidad, una auto-terapia para no acabar en el manicomio, pero nunca una profesión. Si soy algo, es un amateur. Amador es una palabra preciosa. Repudio la palabra disciplina. El arte tiene que se indisciplinado, es anti-disciplina. Soy un indisciplinado de las disciplinas.
P: ¿Sus canciones son producto de búsqueda o de hallazgo?
R: Hay de todo, pero las verdaderamente bienvenidas son las halladas. Si las buscas, malo. Si una canción no pide existir, no hay manera. Las más felices son las que se escriben casi solas. La canción esta minusvalorada. Es como la hermana pobre de la artes y eso es muy injusto. Se considera un subgénero y es algo dificilísimo, muy exigente con los tempos, los textos, las rimas. Es un engranaje muy difícil de lograr.
P: El cantautor es ¿una especie en extinción?
R: No. La palabra cantautor es siniestra. Espantosa. La importamos de Italia y la utilizamos muy mal. Pero los cantautores no están en crisis. Hoy cantan sus temas la mayoría. Prince es un cantautor. Los Rollings, Blure o los Beatles también. Lo son los raperos, que para mi son rapautores. Otra cosa es el afán de ligar el concepto de cantautor exclusivamente a la denuncia política. Si en vez de haber vivido la dictadura de Franco hubieramos vivido en el Reino Unido, habríamos hecho cosas parecidas a los Beatles, pero a ellos no se les llama cantautores. Es una manía.
P: ¿En su balanza pesan más los amores o los desamores?
R: Los desamores siempre pesan más. Pero es otra palabra que utilizamos mal. El desamor es el desfallecimiento del amor, amor que languidece, pero no su falta, su ausencia o su nostalgia. La mayor parte de las canciones no son de desamor. Tampoco de amor. La ausencia del amor es verdadera la madre de muchas canciones.
P: La industria de la música ¿tiene los días contados?
P: Parece que sí. Está un una fase crítica y se reconvertirá en algo que desconocemos. No me preocupa. Encontrará un nuevo cauce. Lo que está claro es que la música no morirá. Está salvada. La gente demandará siempre música y siempre habrá músicos. Qué haya industria o no, es otra película. Pero la industria, entendida como hasta ahora, desaparecerá.

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