lunes, abril 30, 2007

Madres de Plaza de Mayo


Buenos Aires, 29 de abril. Con decenas de actividades locales y un gran reconocimiento mundial, mañana se conmemoran aquí 30 años de la primera reunión que realizaron las Madres de Plaza de Mayo, en un acto heroico de resistencia contra la dictadura militar más cruenta que gobernó a Argentina entre marzo de 1976 y finales de 1983, y que dejó 30 mil desaparecidos.

Con sus cabellos blancos pero con la misma fuerza de entonces, las Madres de Plaza de Mayo siguen luchando por saber el destino final de sus hijos y que se haga justicia, pero también están al frente de todas las rebeliones contra cualquier injusticia de estos tiempos.

Su lucha no comenzó aquel 30 de abril, pero fue ese el momento cuando Azucena Villaflor de Devicente, que buscaba a su hijo y nuera desaparecidos, logró unir a 13 ó 14 madres para ir a reclamar directamente al dictador Jorge Rafael Videla, después de golpear inútilmente las puertas de cuarteles, iglesias, embajadas, rodeadas por el terror, la indiferencia o el silencio cómplice de muchos.

En ese camino doloroso "como un calvario", se habían ido encontrando, tejiendo la solidaridad que hasta hoy es su arma en un mundo injusto.

Aquel sábado 30 de abril de 1977 "estaba todo desolado. Sólo los granaderos (batallón especial del ejército que es guardia presidencial y custodia la casa de Gobierno) y nadie más. Azucena nos había convocado. Nos dijo que solitariamente nadie podría lograr nada y así en las colas de las puertas de los cuarteles y otros lugares fuimos entendiendo que debíamos unirnos. Aquel día en la Plaza fue el gran paso fundante. Nadie nos recibió, pero sí nos dimos cuenta que íbamos a poder hacerlo". Así narraba una de las madres fundadoras María Adela Antokoletz (ya fallecida) aquellos momentos al historiador Enrique Arrosagaray, quien hace unos años escribió un libro con sus biografías.

"Eramos muy poquitas (...).cada una se fue presentando a las otras, dijimos nuestros nombres y cada una contó cómo habían secuestrados a sus hijos. Fue un momento de dolor y encuentro, pero ya había una decisión de la que no íbamos a volver atrás. Me acuerdo como si fuera hoy... Yo llegué sola y caminé entre los canteros buscando con mi mirada otras mujeres... me encontré con María Adela y sus hermanas en uno de esos senderos (de la Plaza). ¿Ustedes también vienen por lo mismo?, les pregunté, y ahí nos quedamos conversando unos minutos, hasta que vimos venir a otras tres mujeres agarradas de los brazos, muy pegadas y serias. Se sumaron a nosotras y enseguida la que venía en el medio habló con fuerza y coraje. Era Azucena", relataba Haydée García Buela.

La elección de los jueves

Las primeras madres entendieron que habían dado un paso enorme, pero que era un error elegir un sábado y la siguiente cita fue un viernes. Sin embargo, una de ellas consideró que ese era "un día de brujas", y que iba a traer "mala suerte" y se decidió por los jueves citándose a partir de las 15:30 horas, cuando estaban más protegidas por la cantidad de personas que circulaban por el lugar. Esa cita sigue siendo hasta hoy la Ronda de las Madres.

La ronda comenzó cuando la policía al ver que llegaban en grupos les ordenó "circular" y porque había estado de sitio y estaban prohibidas las reuniones de más de dos personas.

"Así lo hicimos, pero automáticamente de a dos caminamos en ronda alrededor de la Pirámide Mayo, que simboliza otro momento histórico en la vida del país", recuerda Nora Cortiñas, de Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.

"En la segunda reunión, ya estábamos discutiendo un borrador de todo lo que se iba a reclamar a las autoridades. Estábamos desesperadas. Los primeros días en que salimos a buscarlos cada una individualmente, llevábamos ropa y comida, pero nadie nos decía nada y volvíamos llorando con las manos vacías. Y cuando vimos que a todas nos pasaba lo mismo, inspiradas por Azucena, supimos que debíamos estar siempre juntas", relata Cortiñas con los ojos humedecidos a La Jornada.

"En la cita siguiente al 30 de abril, ya fuimos muchas más, unas 28 madres y desde el tercer encuentro, ya en jueves, cada vez éramos más. Algunos nos llamaron las 'locas de Plaza de Mayo', y era una locura de amor por los hijos, una locura colectiva, digna y heroica también, como se ve ahora. Entonces no imaginábamos que esos hechos iban a tener tanta trascendencia. Algo que llega hasta estos días, donde recibimos infinidad de muestras de amor, respeto, afecto. Cada vez hay más jóvenes junto a nosotros y es como si los hijos también estuvieran, porque sólo podemos recordarlos jóvenes como eran cuando se los llevaron".

Ellas fueron el rostro de la dignidad y un día aparecieron los pañuelos blancos en sus cabezas, como una forma de identificarse. Sacaron de los cajones antiguos los pañales de algodón que sus hijos habían usado y se cubrieron la cabeza.

Estuvieron en la plaza cada jueves, amenazadas, reprimidas, incluso fueron detenidas varias veces, pero el mayor golpe llegó en diciembre de 1977, cuando Villaflor había preparado una carta pagada para la junta militar, como una forma de hacerse escuchar.

Un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), a cuya cabeza estaba el ex capitán Alfredo Astiz, quien se infiltró en el grupo haciéndose pasar por un familiar de desaparecidos, secuestró el 7 de diciembre a un grupo en la iglesia de Santa Cruz, entre ellas a dos de las madres fundadoras Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco y al otro día cuando Villaflor salió de su casa a comprar el periódico para leer la carta, fue secuestrada en la calle por el mismo grupo. Junto a las madres fueron desaparecidas dos monjas francesas y familiares de desaparecidos.

"Fue en el Vicariato de la Armada donde Azucena, que tenía una fuerza increíble nos dijo con todo coraje y fuerza que tendríamos que ir todas a Plaza de Mayo, allí mismo, sin dudar (...) ella nos cobijó a todas y hasta cobijó a quien iba a ser su secuestrador (Astiz)", recuerda Cortiñas.

"Aquel sábado 30 de abril de 1977, las Madres decidieron iluminar la oscuridad, romper el silencio y gritarle a la junta militar, a los grupos económicos, a la prensa indiferente, a las patotas (pandillas) de secuestradores y torturadores del régimen, a los que habían sumido a Argentina en la tragedia, el dolor y el espanto, la verdad, para que todos supieran sobre los escondrijos del terror", dice Hebe de Bonafini, que ahora dirige la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.

Treinta años después las Madres están divididas en dos sectores, que realizan innumerables tareas en derechos humanos, en defensa de los pobres, en actividades de educación, de comunicaciones y en acciones mundiales contra las injusticias y las guerras. Cuando todas las puertas se cerraron aquí buscaron justicia en otros lugares del mundo y entonces la impunidad tuvo que dejar de ser tal como se había instalado.

En 2005 fueron identificados tres cadáveres abandonados como NN en la costa atlántica de la Provincia de Buenos Aires desde finales de 1977. Eran las tres madres desaparecidas, llevadas a la Esma, torturadas y arrojadas al mar, cuyas aguas las devolvieron como "un acto casi mágico de justicia" de estas heroicas mujeres para señalar a sus asesinos. Las cenizas de Ballestrino de Careaga y Ponce fueron enterradas en la iglesia de Santa Cruz y por decisión de sus hijos las de Azucena de Villaflor en Plaza de Mayo, donde serán los grandes actos para recordar ese día que es hoy hito de amor y resistencia en la historia de la humanidad.

viernes, abril 27, 2007

El erario paga desnudos

En el campamento instalado en la explanada del Monumento a la Madre, César del Ángel Fuentes se pasa gran parte del día ideando nuevas estrategias de protesta, mirando a los campesinos ir y venir y aguardando el momento de sentarse a la mesa para negociar. La manifestación como modus vivendi.

Con 67 años de edad es el dirigente histórico del Movimiento de los 400 Pueblos, el de los encuerados de Veracruz, el hombre que reconoce que lo suyo, lo suyo, es pasearse por la Zona Rosa, el whisky , los restaurantes... Un líder que habla abiertamente de su organización y de las tácticas que le permiten permanecer vigente después de 33 años de lucha.

¿Cómo surgió la idea de desnudarse en las manifestaciones?

Al llegar Vicente Fox al gobierno éramos libres de movilizarnos, había mucha tolerancia, pero nadie nos hacía caso; había muchas protestas y el pueblo ya nos veía como algo normal, así que decidimos hacer algo que fuera diferente para lograr atraer la atención y que escucharan nuestras demandas.

¿Cuándo recurrieron por primera vez al desnudo?

El primer desnudo se dio en medio de una huelga de hambre que manteníamos a las afueras de la Cámara de Diputados (enero de 2002). Nosotros exigíamos la restitución de cinco mil hectáreas en la zona norte y centro de Veracruz como parte de un convenio agrario que firmamos con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Cuando ocurrió el primer ‘encueramiento’ habíamos ido a la Secretaría de Gobernación a solicitar su apoyo, porque muchos de nuestros compañeros ya estaban mal físicamente y podían morir.

¿Fue difícil despojarse de la ropa?

Al principio sí. Las primeras fueron las compañeras, después se reflexionó que los hombres debían participar también con un desnudo integral y lo hicieron. Esto causó un impacto mayor y muchas críticas, pero logramos que hubiera una respuesta de Gobernación; por primera vez el gobierno de Vicente Fox volteó a ver a los campesinos de los 400 Pueblos.

¿César del Angel se ha desnudado?

No, yo no me he desnudado.

¿Por qué?

Porque yo no soy campesino y no soy tan limpio.

Como parte de este movimiento, ¿no tendría que ser solidario?

Bueno, yo no me impongo sombrero ni me disfrazo ni nada.

¿Nunca le han pedido sus compañeros que también se desnude?

No, no es así, la causa de los campesinos es una causa limpia; ni tú ni yo podemos cuestionarlos ni podemos compararnos con ellos. En un día bajo el sol ahí te desmayas, ellos tienen otra forma de ver la vida. Claro que sí hay líderes que les gusta ponerse un sombrero, machete, una cobija y andar de campesino, yo no, yo soy de la Zona Rosa, del whisky, del restaurante, pero acá (se toca la cabeza) es otra cosa.

Es rentable un movimiento social? ¿De qué viven ustedes?

Aquí vivimos del apoyo de la ciudadanía, claro, las personas no te dan para que tengas tus tres comidas seguras, hay que sufrir, somos un movimiento de resistencia, no de comodidad. Los comerciantes de la Central de Abasto le regalan comida a los campesinos, si voy yo a pedirla, seguro me la cobran. Si ahorita me paro en la esquina con un bote para pedir 20 pesos sería una pose, porque traigo como tres mil pesos en la bolsa. Por eso te digo que yo no me disfrazo de nada y mucho menos busco la fotografía.

En un día normal, ¿cuánto se puede recabar en el boteo?

Puede ser un promedio de entre mil 500 y tres mil pesos, hay días que hemos llegado a recolectar hasta ocho mil pesos, así que para 800 personas nos toca de a 10 pesos, nos alcanzaría para hacer una buena comida exclusivamente.

¿Hay sueldos en la estructura de los 400 Pueblos?

No hay sueldos porque entonces alguien los tendría que dar. Aquí los recursos que se obtienen son para el movimiento, pero para llevar a las casas no hay dinero.

Y entonces, ¿de dónde obtienen ingresos?

Del trabajo, pues si no de dónde vas a vivir. Cada quien tiene que buscar, los campesinos siembran y para venir aquí hay que ahorrar, tienen que juntar.

¿De qué vive CŽéar del Angel?

¡Oh sorpresa! Tengo recursos, tengo tres o cuatro ranchos allá en Veracruz atestados de campesinos y ellos producen, porque también saben trabajar la tierra no sólo protestar.

¿Tiene casa aquí en el DF?

¡Y qué casa! Luego te invito a comer unos mariscos con una botella de vino blanco.

¿En qué colonia tiene su casa?

No te creas, soy puro hablador (ríe divertido).

Después de 33 añ–os con el movimiento de los 400 Pueblos, ¿se considera un manifestante profesional?

No, la manifestación no puede ser una cuestión profesional, la manifestación es como el amor, no existe un amante profesional, tienes que venir a probar si puedes o no puedes. En la cuestión de las manifestaciones todos somos amateur. Si fuera fácil cualquiera lo haría, ni Andrés Manuel López Obrador pudo mantener un mes a la gente sobre Paseo de la Reforma.

¿Cuál es el secreto?

Que la gente crea en ti.

¿Tiene alguna estrategia?

Todos los que le han atorado con nosotros están en las mantas, expuestos al escarnio del pueblo y nunca se les va a olvidar. Por ejemplo, a Dante Delgado le duele más que lo traigamos de taparrabos que si se realizara una investigación en su contra por la persecución y el encarcelamiento que hizo de 500 campesinos.

¿Considera que los 400 Pueblos han marcado la pauta a otras organizaciones?

Copian, no proponen nada nuevo. Las organizaciones sociales son como el Diablo y Dios; al Diablo todos le tienen miedo, pero nadie lo respeta; y a Dios todos le fallamos pero lo respetamos. Entonces a nosotros que nos respeten y ojalá que nos pudieran querer, pero si no se puede ni modo tenemos que seguir luchando.

¿Alguna vez se planteó la posibilidad de crear un partido político?

Siempre está planteada esa posibilidad, es como cuando ves una ‘buenota’ y dices se me fue por falta de dinero. Nosotros tenemos la Agrupación Política Nacional Democracia y Equidad, pensábamos hacer un partido, pero medimos los billetes y no nos alcanza porque se necesita por lo menos 35 millones de pesos para recorrer el país, hacer asambleas y recabar firmas.

¿Es una Agrupación Política con registro ante el IFE?

Así es, Democracia y Equidad está integrada por miembros de los 400 Pueblos de todo el país y actualmente nada más nos sirve para tener una personalidad jurídica, pero es un juguete bastante caro porque el apoyo que nos otorga el IFE no alcanza para cubrir los gastos de propaganda, los contadores y el papeleo, casi siempre terminamos poniendo dinero de nuestra bolsa.

2007 es un año de elecciones en Veracruz. ¿Buscan ustedes algœn puesto político?

No lo buscamos, nos lo tienen que dar, aportamos muchos votos.

¿Cómo es su relación con el gobernador Fidel Herrera?

La relación con Fidel es buena y esperamos tener resultados, porque en caso contrario nuestro movimiento se trasladará a Veracruz.

¿Qué pasó con Miguel Ángel Yunes? ¿Hubo un tiempo que el director del ISSSTE era uno de sus villanos favoritos?

A Yunes lo soltamos cuando Fox nos pidió que se lo aflojáramos tantito porque la esposa lo tenía en buena estima y a cambio nos entregó 800 hectáreas de tierra.

¿Y qué hay de Patricio Chirinos y Dante Delgado?

Chirinos me tuvo secuestrado muchos años, por eso tengo la satisfacción de decirte que hasta el último día de mi vida lo voy a perseguir, a él y a Dante Delgado. No le puedo decir a los campesinos, miren yo soy alguien que lucha por la justicia y me dirían pendejo si no defendiste lo tuyo cómo vas a defender a los demás. Quizá quedemos poquitos, pero yo seguiré en la lucha y si termino solo todavía tendré un último recurso: pararlos en la calle y retarlos frente a frente. Qué me duran.

Entonces, ¿lo seguiremos viendo en las calles?

Por supuesto. En una ocasión un periodista de Veracruz me dijo oiga usted está lleno de rencor y de odio, y yo le respondí pues de algo tengo que estar lleno ‘jijo de la guayaba’ porque vacío no estoy.

lunes, abril 23, 2007

Aclamaron más de 50 mil personas a Silvio Rodríguez en el Zócalo


Ante 50 mil personas (según el comandante Lorenzo González, director general de Policía Sectorial, Zafiro), el cantante cubano Silvio Rodríguez ofreció la tarde-noche de ayer un concierto en el que interpretó algo de lo mejor su repertorio, desde Escaramujo hasta La maza. Desde las cinco de la tarde ya cientos de jóvenes habían ocupado las primeras filas frente al escenario, a espaldas de la Catedral.

Silvio ha logrado permear el gusto por su música en las nuevas generaciones. Corearon todas las piezas. Banderas de Cuba fueron alzadas y ondearon gracias al viento que se registró en el Distrito Federal. El gentío llegaba hasta 20 de Noviembre. Aquí, cientos de familias, de parejas abrazadas entonaron las melodías que hablan de relaciones dignas, de compañeros, de amigos, de dos seres unidos en la vida.

Primero agradeció a las autoridades del Gobierno del DF la oportunidad para ofrecer un concierto al aire libre y gratuito. Poco discurso y mucha música, acompañado por el trío Trovarroco, en las guitarras; por Niurka González, en la flauta y el clarinete, y el percusionista Oliver Valdés.

"¡Silvio, México te quiere un chingo!", gritaron varios jóvenes, mientras otros pidieron, exigieron, alguna de sus preferidas. El Aprendiz, como se le llama desde siempre, logró momentos de gran emoción. Hasta el fondo, en los portales, algunas personas cerraron los ojos y entonaron las notas de alguna canción.

Claro de luna provocó una algarabía. Papalote subió el ánimo. Judith, de amor. Leyó un poema. Pero eso fue una especie de preámbulo para La canción del elegido, una de las mejor logradas del fundador del movimiento de la Nueva Trova Cubana.

Cayeron gotas de lluvia. Aparecieron las capas de plástico. Algunos previsores llevaron paraguas. Otros, bancos o sillas. Dejó el escenario unos minutos para que Trovarroco hiciera un homenaje a Compay Segundo. Interpretaron Chan Chan. Algunos la bailaron.

Regresó Silvio y atrapó de nuevo la atención con Unicornio azul. Este ser recorrió a galope calles y callejones del Centro Histórico. La palabra de quien lo perdió ayer se escuchó con dolor. Ofreció recompensa. Los seres de Silvio, de su mitología personal, pueden ser muchas cosas. El unicornio azul puede ser unos pantalones de mezclilla o un amor ahora lejano.

El sentimiento de pérdida es común, se sabe. ¿Quién no ha perdido algo valioso?

Canciones vigentes

Para arriba con Te doy una canción, una forma amable y cariñosa de mostrar humildad. Acto y potencia del amor. "Cómo gasto papeles recordándote...." Hay canciones que son vigentes por siempre. "La ciudad se derrumba y yo cantando..."

Silvio reivindicó el valor del cantautor al cual le basta una guitarra para reunir a miles. Los 50 mil asistentes recuperaron sus calles, al compás de las melodías del autor de La era está pariendo un corazón. Alrededor había carteles de apoyo al "Gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador". También unos que dicen: "La religión es un mito. Sí a la despenalización del aborto".

"Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual". El hipérbaton es una figura retórico gramatical que se queda chica ante el tamaño del amor. Silvio lo utiliza y no suena exagerada ninguna frase. La flauta de Niurka González se oyó diáfana.

La noche cayó y las luces se encendieron. Se escuchó Gaviota. Silvio se denominó un guajiro, "que es como llamamos en Cuba a la gente de campo. Por eso he compuesto en ritmos guajiros, del campo".

Silvio dejó listos a todos para recomponer algunas cosas que andan mal. "Soy feliz, soy un hombre feliz, y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad" "¡Viva Cuba libre!", se escuchó "¡viva!", retumbó en varios puntos de la plancha del Zócalo.

El necio fue coreada por miles de gargantas, pero cuando comenzó Ojalá fue la contundencia, el éxito de Silvio, quizá la más esperada de la noche. Finalizó con La sombra y La maza. Y en 20 de Noviembre algunas parejas se abrazaron entre ríos de gente. Algunos de los temas que recién habían escuchado, los entonaron.

domingo, abril 22, 2007

“Ninguna comunidad entrega su juicio a la televisión”


“Imagínese lo que siento cuando tengo que hablar en público, si para mí dos personas son una multitud”, bromea el escritor mexicano Carlos Monsiváis mientras acepta posar para las fotos, hundido, como si quisiera achicarse o desaparecer, en uno de los sillones del lobby del hotel donde se aloja. Habla, con su típica tonada mexicana, como si estuviera susurrando, pero compensa su timidez crónica con su afilada ironía. El ganador del Premio Juan Rulfo 2006 cuenta su estrategia actoral para enfrentar a las multitudes que, en el Malba o en la Feria del Libro, quieren escuchar sus lúcidas disertaciones. “Hago de cuenta que el que está hablando es otro, que no soy yo”, confiesa el autor de Aires de familia (Anagrama), libro que obtuvo el premio Anagrama de Ensayos en el 2000.

Algunos críticos ubican al ensayista, periodista, cronista y narrador mexicano detrás de Octavio Paz y Carlos Fuentes, pisándoles los talones. Desde 1985 los lectores mexicanos y de todo el mundo se deleitan con la legendaria columna de Monsiváis, Por mi madre, bohemios, que se publica todos los lunes en el diario La Jornada. En esas columnas conviven los nombres de alguno de sus gatos –Gatolomé de las Bardas y la Gata Christie– con poetas, políticos, empresarios, strippers o travestis. Su colega Sergio Pitol lo definió como “el documentador de la fecundísima fauna de nuestra imbecilidad nacional”. Y a propósito de la fauna, Página/12 le propone el desafío de reflexionar sobre uno de los temas más polémicos de esta semana: la participación de la piquetera Nina Peloso en Bailando por un sueño.

–¿Por qué piensa que un grupo de piqueteros necesita para existir las cámaras? ¿Necesita que la piquetera “baile por un sueño” porque si corta una ruta o una calle las cámaras ya no cubren los reclamos sociales?

–La idea es que la censura no es una condena explícita sino la ausencia de las cámaras de televisión. La iluminación que proporciona la televisión nunca es gratuita porque iguala los temas. Es lo mismo una lucha social que la ansiedad por aparecer ante las cámaras; es lo mismo la denuncia que el festejo. Y esta igualación, sin ser mortal para las causas, las banaliza de un modo más profundo de lo que se cree. Si es cierto que la ausencia de cámaras es la inexistencia y que la invisibilidad televisiva es la desaparición de la especie, estamos mal porque entonces elevamos la televisión al rango de aprobación última, un juicio final con comerciales, y eso es tan grotesco que no merece demasiados comentarios. El problema es si hay alternativas o no, y yo creo que las hay. Estoy convencido de que ninguna comunidad entrega su juicio final ni sus juicios intermedios a la TV. Le entrega el tiempo de contemplación, pero esa sujeción del tiempo ante las pantallas se interpreta como la desaparición de la voluntad comunitaria, y eso no lo creo.

–Uno de los comentarios que se hicieron sobre la participación de Nina Peloso fue que más de un candidato hubiera deseado estar en el lugar de ella porque es el programa con más rating de la televisión argentina. ¿Cuáles son las consecuencias de que la televisión sea considera el medio por excelencia para hacer política, para llegar a la gente?

–Bueno, pero hay otra alternativa cada vez más poderosa que es Internet. También se podría decir: “chateando por un sueño” (risas). En la campaña actual de Francia, la candidata socialista, Ségolène Royal, ha encontrado en Internet su forma más eficaz de politización y esto irá creciendo. El problema en América latina es el abismo digital, que es un freno para que Internet se convierta en una alternativa de enorme repercusión, además de las resonancias interminables. Desde luego, todo político parece estar bailando con la silla presidencial, con las incomodidades y facilidades que ofrezca una silla para bailar con ella. Pero sigo creyendo que si un político lo entrega todo para bailar por una silla ante las cámaras, ese político no tiene confiabilidad. Bailar por un sueño no significa renunciar al sueño, que es lo que están diciendo. Si el sueño es nada más aparecer ante las cámaras, entonces por qué no eligen a una cámara de televisión como presidente de la república en cualquier país latinoamericano, que sería como robotizar la silla presidencial para que prestase sus servicios interpretativos y administrativos.

–Pero los políticos están convencidos de que aparecer en la televisión les da confiabilidad.

–No en México, no estoy diciendo esto desde mi perspectiva sino que estoy acudiendo a ese registro de la génesis y del apocalipsis que son las encuestas. Según las encuestas, la televisión no está en el primer lugar de confiabilidad, tampoco lo están los partidos políticos ni la Iglesia Católica. En el primer lugar de confiabilidad hay otros factores, como alguna esperanza de que la educación aún proporcione movilidad social, pero confiar en alguien porque aparece en televisión es depositar en la tecnología todo el crédito moral. Ahora si el banco de crédito moral es la televisión, pues una vez más hemos sido víctimas de un despojo. La televisión es indispensable, pero esta condición no significa que, por verla, le creamos como si fuera el oráculo. No hay manera de volverla religión porque entonces el ateísmo significaría apagarla.

–¿Entonces en qué o en quiénes se confía?

–El primer lugar de confiabilidad, todavía, lo ocupa el empleo. Si tengo empleo puedo confiar en algo o en mí mismo, si no tengo empleo soy sujeto de mi propia desconfianza. Esto es muy superior a todo lo que la televisión pueda dar. La búsqueda del Santo Grial de la Edad Media es la búsqueda del empleo. En México son generaciones cuyo cuerpo de Aquiles, empleando una frase de otro tiempo, es el empleo. Si no consiguen empleo, da igual que vean las imágenes de los políticos todo el día. De una imagen televisiva nunca se desprende la seguridad personal. Puede entenderse las ilusiones que generan, pero siempre con el subtexto de que eso que estoy viendo son imágenes y eso que no tengo es el empleo. En una segunda instancia, la posición económica personal y familiar es decisiva. Cuando se interrumpe la movilidad social, queda la movilidad espacial, las migraciones, y la movilidad cultural, pero eso no incluye a la televisión.

–¿A qué atribuye ese “aire de familia”, esa desconfianza que hay hacia las instituciones, especialmente las vinculadas con la política, en Latinoamérica?

–La política se hereda a sí misma en la medida que es “la” política. Y la política ha decepcionado demasiado, o cuando ha alentado esperanzas genuinas se han visto frustradas casi de inmediato. Si uno habla de un político en particular, puede o no confiar en él, pero si uno dice “la política” y no desconfía, no ha aprendido nada de la historia. No sé si la historia da clases, tengo dudas, no sé dónde hay que inscribirse para recibirla (risas).

Monsiváis, irónico, añade: “Supongo que la gente deposita su confianza en la lotería”. El escritor mexicano plantea que de algún modo que no se siente, pero que sí se percibe, las personas creen que con el trabajo remedian su situación. “En México hay una expresión que estoy seguro que viene de la autoayuda: échale ganas, deposita toda tu confianza en tu capacidad laboral, deposita toda tu confianza en el hecho de que ante una oportunidad tu esfuerzo, tu fatiga, tendrán recompensa. Eso uno puede ponerlo en duda, pero ahí sí que no hay alternativas. Y si existen esas alternativas son trágicas, la delincuencia, o imposibles, ser una estrella de fútbol o cruzar a nado el océano Atlántico.” El investigador que conoce más a fondo las manifestaciones de la cultura popular, el renovador de la crónica periodística, del ensayo contemporáneo mexicano y latinoamericano con un lenguaje distintivo para representar la riqueza de la cultura popular, anticipa que está terminando una nueva versión de un libro sobre las tradiciones mexicanas. “Sé que es una tarea imposible porque son muchas las tradiciones y necesarios y excesivos los cambios”, admite Monsiváis. “Pero siempre me entretienen las tareas imposibles.”

“No denuncio barbaries, las enuncio”


A los 63 años, el autor se muestra más sereno en A día de hoy, su nuevo disco. Reivindica la poesía y fustiga el narcisismo.

A través de 40 años, la palabra Aute ha significado muchas cosas. Ese muchacho que llegó despistado de Filipinas, donde había nacido, al Madrid de los cincuenta, el de Ava Gardner y Dominguín, el poscolmenero de Cela y Martín Santos, que se mareaba entre los esputos del franquismo y cierto glamour de limosna, no sabía entonces que su nombre iba a calzar muchos significados hasta en el siglo XXI. El joven Luis Eduardo quería ser pintor y retrataba la Gran Vía. Hoy ha conseguido en vida, por lo menos, la mitad de sus sueños en el arte. Pero también en la música, porque el tiempo en que fue idealista no ha pasado y continúa guitarra en mano ganándose la vida como no pensó que fuera a hacerlo cuando apareció su primer disco en 1967. Fue referente en el franquismo de la descomposición, componiendo un discurso comprometido con sus canciones, que sobrevivieron después a la transición, al primer simulacro de idealismo felipista, que criticó fieramente con temas como “La belleza”, o al delirio de la Castilla neocon de Aznar. Ahora sigue transmitiendo una firme ética ajena a los tiempos, y con su nuevo disco, A día de hoy, se lo ve más sereno. Puede que sea la edad, 63 años... Puede que sean las arrugas, que casi todo lo estiran, que todo lo encogen.

–¿Qué es? ¿A qué se debe esta serenidad?

–Este disco ha salido reposado, cierto, pero no por voluntad propia. Es la edad, sin duda. Lo veo todo con más tranquilidad y eso se refleja en las canciones. Es diferente a lo que salió en Alas y balas hace cuatro años y medio. Por entonces se cocinaba la guerra de Irak y yo me encontraba más iracundo.

–Se cumplen ahora 50 años de canción de autor. ¿La reivindica?

–Yo creo que hoy, los cantautores, vaya con la palabrita, por otra parte, son los raperos y los que hacen hiphop con sus virulentísimas peroratas. Pero yo niego el término. Salvo los triunfitos, que son sólo intérpretes, aquí todo el mundo hace canción de autor, los grupos y los solistas. Esa es una palabra, por tanto, desfigurada.

–¿Por qué se inventó entonces? ¿Por qué sus canciones llevaban una carga ideológica extra?

–Yo no he sido muy de utilizar la canción como vehículo ideológico; ahora, es imposible ser insensible a lo que ocurre, no sólo individualmente, en las parejas, sino en tu entorno. Pero yo no hago canción política. No denuncio barbaries, yo las enuncio.

–Pero aquello ha sido un invento a prueba de bombas. Usted y sus compañeros, los Serrat, los Raimon, los Sabina, Víctor Manueles, siguen al pie del cañón, no ha podido con ustedes ni la muerte de Franco, ni la transición... ¿Cómo así, cuando grupos y cantantes anteriores y posteriores a ustedes han sido engullidos por las modas?

–Insisto en que todos hacemos canción de autor, todos venimos de los Beatles, incluso más que de Dylan. De no haber muerto en esas circunstancias tan raras, me gustaría saber qué haría hoy Lennon. Pero creo que en nuestro caso lo que nos ha hecho sobrevivir es esa dimensión que compartimos y que debe tener todo artista, el vuelo mágico, un aliento poético en nuestras canciones. La poesía para nosotros es lo importante, el mito a alcanzar, lo que nos hace traspasar el espejo para transgredir la realidad: la obra de arte tiene ambición poética o no es nada. A mí me fascinan los magos, me gustaría ser David Copperfield, pero no para sacar conejos de la chistera, sino chisteras de los conejos.

–Por lo que se escucha en algunas canciones, sigue buscándose. ¿Se escabulle de sí mismo?

–Ahora sé todavía menos que antes quién coño soy. Pero lo grave es que me pregunto con más insistencia si me habré equivocado o no. Aunque la conclusión a la que llego, de forma optimista, es que más vale arrepentirse por lo que has hecho que lamentar no haberlo intentado. Lo peor es tener la sensación de haber ido cumpliendo años y sentir que se te ha escapado la vida. Sé, por ejemplo, que he descuidado ciertas cosas importantes, mis hijos, mis padres, los amigos, la familia. La vida se va escapando mientras haces planes.

–Esas cosas son cruciales y “el resto es humo”, como dice otra de sus nuevas canciones.

–Eso va contra esta sociedad de ganadores y perdedores. Ironizo contra esa dinámica.

–¿Ha llegado ese momento en su vida en el que tiene usted más que aprender de sus hijos que enseñanzas para ellos?

–Esa es una auténtica lección de humildad. Lo que más me interesa en la vida es aprender. Y aprender de tus propios hijos es lo máximo, el colmo. Debemos ser conscientes de que ellos son lo importante, y nosotros, sólo su circunstancia.

–¿Lo han hecho menos egocéntrico, con lo que conlleva eso en un artista?

–Le damos importancia infinita al concepto del yo. Para mí tiene la misma que el concepto de Dios, es al menos tan enigmático y tan misterioso como eso. El lo crea todo y yo también lo he creado todo a mí alrededor. No he perdido al yo como elemento de reflexión. Con el hecho de nombrar ese concepto ya la has cagado. Todo artista es egocéntrico, lo que no debe es caer en el narcisismo. Pero pienso que venimos del agua porque ése es nuestro primer espejo.

–¿Y la pintura? ¿Dónde queda en su vida?

–Hace tres o cuatro años que no pinto. He dibujado. Hace poco salió un libro mío de dibujos, AnimalHada, y ahora saldrá otro: AnimalHito. Me quemé mucho con mi película Un perro llamado dolor, quedé aplastado, y, aun cuando pienso que en ella están reflejadas mis principales inquietudes como artista, no me satisfizo.

–Y los sueños del pasado, ¿se cumplieron?

–Las cosas se han complicado un poco, pero de aquellas sacudidas han surgido visiones más lúcidas. Después del sueño, la realidad se ve de otra manera y quizá hemos renunciado a cumplirlo de manera colectiva, pero hacemos lo posible por realizarlo como individuos. Y eso ya es algo...

Pareados de secano

Farruquito, almidón y peluco,
anda menos farruco.

Las comadres de Carmen Sevilla
meriendan tortilla.

A Fefé un tal Borbón ha manchado
de bombón helado.

Leña a Bambi gritó Alfonso Guerra
con un pie en mi tierra.

En su encíclica, ayer, Pedro Jota
envidaba una sota.

Los merengues de gira mundial
con dengue y sin sal.

Miss Jaén borda el noventa y seis
con Danny diyei.

Las ladillas Rodríguez Menéndez
se buscan, se venden.

Armstrong va por el séptimo Tour
made in Carrefour.

En King’s Cross un maestro suicida
avinagra la herida.

Ni a Riquelme se aplica el Atleti
ni abdica la Leti.

Gallardín Socavones proyecta
mil curvas por recta.

En Bagdad muere todos los días
el ya, el todavía.

Los bisbales versión telecinco:
más caspa, más brincos.

En las playas se cuecen las tetas
calientabraguetas.

A Ángel Cristo, en el circo romano,
le crece otro enano.

En su vuelta al pastón Harry Potter
se afeita el bigote.

Dieciocho de julio, sangría,
cuneta y sequía.

Este agosto va a ser un infierno
peor que el invierno.

viernes, abril 20, 2007

Para escribir bien. ¡Que hable! ¡Que hable!

por Karla Bernal Aguilar
algarabía

¿Qué hacer con una letra que es muda y que causa tantos malos entendidos con la ortografía? ¿Eliminarla?(1)

Pues ésta no ha sido una mala idea para Gabriel García Márquez, quien propone que «enterremos las haches rupestres»,(2) o para Andrés Bello, quien, en sus Indicaciones sobre la conveniencia de simplificar la ortografía en América,(3) sugiere suprimir la h, para eliminar todas aquellas grafías que hacen complicada la ortografía al escritor y acuñar la propuesta de que escribamos como pronunciamos, es decir, que cada letra corresponda a un solo sonido y que cada sonido esté representado por una sola letra.(4)

Pero vayamos por partes: ¿cómo es que una letra muda hace acto de presencia en un vocablo? Según José Moreno de Alba,(5) las razones para que la h aparezca en un término son:

1. Por una costumbre establecida durante el Renacimiento, pues algunos manuales —como el Tesoro de la lengua castellana (1611), de Sebastián Covarrubias— instituían como regla que se usara la h en todas las voces que la tuvieran de origen; por ejemplo, del latín, en: haber, hombre, hebreo, humano, hemisferio, humilde, hereje, héroe, historia, honor o humor; del árabe: harén o alhaja; de las lenguas amerindias: hamaca o hicaco; o del inglés: hurra.

Lo curioso es que incluso en algunos términos latinos, la h funcionaba como un simple signo ortográfico carente de sonido, razón por la cual en los primeros textos castellanos se omitía sin problema alguno, por ejemplo en aver y omne; no obstante, el simple hecho de que a principios del siglo xvi se haya buscado reponerla bastó para tenerla hoy entre nosotros. Por otro lado, hubo términos en los que ganó el uso y la h se suprimió, como en aborrecerabhorrere—, comprendercomprenhedere— o inviernohibernum—. Actualmente existen palabras que se pueden escribir con h o sin ella: alhelí o alelí; harpía o arpía.

2. Para sustituir al sonido aspirado de la f con el que contaban algunos términos del español antiguo, que a su vez lo habían tomado del latín. A mediados del siglo xvi, la f se convirtió en h y, entonces, faba se transformó en haba, facer en hacer, fijo en hijo, farina en harina, fermoso en hermoso y falcone en halcón, entre otros. No obstante, el cambio no se aplicó a todos los vocablos, pues en aquellos en los que la f estaba dentro del término, fue reemplazada sólo cuando el segundo componente de la palabra podía identificarse con un término simple que ya llevaba la h: rehacer contra refutar, por ejemplo. Con el paso del tiempo, la h enmudeció y dejó de representar ese sonido aspirado.

3. Para dejar de ser afónica y «hablar», al representar el sonido de la g, lo que sucede cuando precede al diptongo uehuerto, vihuela—, y de la y, cuando se antepone al diptongo iehielo, hierro—. Respecto al primer caso, Moreno de Alba transcribe el texto de una gramática académica de 1872 que dice: «El único caso en que la h tiene algún sonido, el cual se confunde con el de la g suave, es cuando precede al diptongo ue».(6) En cuanto al segundo punto, es interesante observar cómo han surgido formas como hiedra y yedra, o hierba y yerba, en las que el uso de ambas opciones es posible.(7)

Hasta aquí, querido lector, las razones por las que la h continúa hablando por sí misma. Sin embargo, y siendo sinceros, ninguna de ellas la hace más amable para nosotros en lo que a su uso ortográfico se refiere. Por ello a continuación le proporcionamos algunas notas orientadoras que podrían suavizar su relación con esta letra, que hace más ruido que cualquiera.(8)

Se escriben con h:

Las formas de los verbos haber, hacer, hallar, hablar, habitar:

Mañana habrá una gran cena; entonces hallará el momento y hablará.

Los compuestos derivados de los vocablos que tengan esa letra:

Es injusto: desheredó a su ahijado por sus actos heroicos. Dice que lo deshonró.

Las palabras de uso actual que empiezan por los diptongos ia, ie, ue y ui:

Recuerdo a mi abuela, vestida con un huipil, preparándonos huevos y té de hierbabuena.

Las palabras que llevan el diptongo ue precedido de vocal; en este caso, la h va intercalada:

Me encanta sentarme bajo la sombra del ahuehuete.

Las palabras que empiezan por los elementos compositivos hecto- —«cien»—, helio- —«sol»—, hema-, hemato-, hemo- —«sangre»—, hemi- —«medio», «mitad»—, hepta- —«siete»—, hetero- —«otro»—, hidra-, hidro- —«agua»—, higro- —«humedad»—, hiper- —«superioridad» o «exceso»—, hipo- —«debajo de» o «escasez de»—, holo- —«todo»—, homeo- —«semejante» o «parecido»—, homo- —«igual»—:

La hemoglobina es una proteína de la sangre que transporta el oxígeno a los tejidos, y no el hidrógeno, como afirmas.

Blanca es hipersensible a la medicina homeópata.

Algunas interjecciones:

¡Bah! Estaba segura de que traías el disco contigo.
¡Ah!, pero mañana no lo olvides de nuevo, ¡eh!

Por regla general, las palabras que empiezan con histo-, hosp-, hum-, horm-, herm-, hern-, holg- y hog-:

Mi hermano vino al hospital a tomar su clase de histología. Mientras él curará a la humanidad, yo seré una experta en hermenéutica.

Trivia en h muda

la última edición del drae tiene 2,171 voces que empiezan con h

hay 580 términos que tienen h intermedia

existen seis palabras que terminan en h; todas, interjecciones: ah, bah, eh, oh, sah, uh

si la h callara para siempre, se escribiría 1.2% menos

(1) v. Algarabía 5, 2002, El origen de las letras: «¿Por qué tan calladita?»; pp. 46-48.

(2) En Botella al mar para el dios de las palabras, discurso del escritor para el i Congreso Internacional de la Lengua Española, en Zacatecas, México, 2004.

(3) Artículo que fue publicado en 1823, en Londres, con las firmas g. r. —Juan García del Río— y a. b. —Andrés Bello—, en la revista Biblioteca americana, y, más tarde, en octubre de 1826, en El repertorio americano, con una nueva edición.

(4) Idea que desde el siglo xv ya había impulsado Antonio de Nebrija.

(5) José G. Moreno de Alba, «Sobre la letra “h”», Nuevas minucias del lenguaje, México: fce, 1996; pp. 342-344.

(6) Idem.

(7) Sin embargo, no en todos lados es igual; por ejemplo, en Río de la Plata, Argentina, hierba y yerba denotan cosas distintas; mientras que hierba designa cualquier planta pequeña de tallo tierno, yerba sólo es la que se usa para preparar el mate.

(8) La autora agradece a Ignacio Gómez Gallegos la información que proporcionó para nutrir este artículo.

A pesar de que a Karla Bernal Aguilar le gustó mucho escribir este artículo, ahora se siente como la h: muda para componer su semblanza. No obstante, solicitó que su nombre y sus letras figuraran en este espacio, aunque fuera como mero signo ortográfico.

jueves, abril 19, 2007

Firmas falsas, “pérdida” de documentos, desafuero. . . acciones que obstruyen el camino hacia la legalidad

En menos de una semana, los argumentos legales que usó el gobierno del presidente Vicente Fox para sustentar su decisión de destituir a Napoleón Gómez Urrutia como líder del Sindicato de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos se desmoronaron con la misma rapidez que con la que fueron creados, en febrero del año pasado.

De un día para otro, quien a la luz del gobierno anterior había sido legalmente despojado de su liderazgo, supuestamente por carecer del respaldo de los trabajadores, resultaba ahora ser víctima de un proceso judicial irregular, sustentado en probables firmas falsas, pero aparentemente ignoradas por el gobierno.

“El gobierno de Fox se involucró en la defenestración del dirigente minero. Se hizo todo para lograr el objetivo”, escribió Federico Berrueto, editorialista del periódico Milenio. Pero hoy el dirigente sindical “regresa a la conducción del gremio”.

El vuelco de 180 grados que dio la semana pasada el caso de Gómez Urrutia, luego de que un tribunal federal ordenara restituirlo al frente del sindicato, por encontrar diversas irregularidades en el proceso de su destitución, es para muchos juristas, analistas políticos y comentaristas un ejemplo más de cómo en México la aplicación de la ley está supeditada a los caprichos de los políticos o del gobernante en turno.

Pero lo que para muchos es aún más grave, en el repentino cambio que ha experimentado el caso de Gómez Urrutia, es el pobre ejemplo que deja para una ciudadanía ya de por sí altamente escéptica sobre la existencia de un verdadero estado de derecho o de una verdadera aplicación de la ley en el país.

“Esto es patético; a la población le queda claro que todo sigue igual en cuanto a la impartición de la justicia en México”, dijo Vidal Romero, analista político y profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México. “Es un ejemplo de ilegalidad del que nos estamos enterando todos, pero igual un caso de ilegalidad le pasa al que le rebota un cheque, demanda y se pierde el expediente”.

Para un país como México, la desconfianza que existe en torno al sistema de justicia y que casos como el de Gómez Urrutia acrecientan aún más, es tal vez uno de los mayores obstáculos que la nación enfrenta en sus esfuerzos por modernizarse y mejorar las condiciones de vida de su población.

Mientras el gobierno y sus ciudadanos no crean en las leyes y en las instituciones que las aplican, el país difícilmente podrá completar la transformación que inició hace más de tres décadas para convertirse en un país moderno, democrático y justo.

“Es la gran tragedia de México, que no podemos encontrar el camino a la legalidad”, dijo Agustín Acosta, abogado penalista y miembro del despacho Carrancá, Araujo, Acosta y Riquelme. “Es muy trágico, ¿cómo puedes resolver los problemas del país sin legalidad?”.

Nada nuevo bajo el sol

Es evidente que la falta de una cultura de la legalidad en México no es nueva. De hecho, el sexenio pasado tuvo varios incidentes muy sonados en los que la ciudadanía quedó pasmada ante aparentes evidencias de transgresiones a la ley y la apatía gubernamental por su verdadera aplicación.

Casos como el supuesto enriquecimiento inexplicable del ex-gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, por la aparición de diversas propiedades y cuentas bancarias millonarias, jamás tuvo repercusión legal alguna sobre la vida jurídica del político. Asimismo, el caso del supuesto fraude perpetrado por Ricardo Salinas Pliego, el empresario de la televisión, en contra de sus accionistas minoritarios cuando compró a descuento deuda de su empresa de telefonía celular Unefon, para que después la misma compañía la liquidara a valor nominal, tampoco tuvo trascendencia jurídica.

No obstante, quizá el caso que mejor simbolizó el uso y abuso de las leyes para beneficio personal fue el del desafuero del ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, dijeron los analistas.

Ante la creciente popularidad de López Obrador y su probable victoria en la elección presidencial de 2006, las autoridades gubernamentales, con el apoyo de los legisladores de diversos partidos, intentaron un año antes acusar a López Obrador de desobedecer la orden de un juez.

Para llevar a cabo esa acusación, las autoridades debieron retirar el fuero al ex Jefe de Gobierno, una maniobra que desató el enojo de cientos de miles de mexicanos, que salieron a la calle para protestar, al intuir que la acusación no tenía el noble objetivo de aplicar la ley a un político poderoso, como quiso argumentar el presidente Fox sino, por el contrario, tenía la intención de manipular las leyes para descarrilar la candidatura de un potencial enemigo y probable vencedor en la elección de presidencial.

Así, cuando el presidente Fox visitó Roma para asistir a los funerales del Papa Juan Pablo II en abril de 2005 y dijo que el proceso de desafuero que entonces se llevaba a cabo contra López Obrador era un ejemplo de que “finalmente” en México se estaba dando el “respeto por la ley y la legalidad”, pocos en la Ciudad de México, a 10,250 kilómetros de distancia, le creyeron.

“¿La ley? Sólo existe para los que tienen dinero y pueden pagar”, dijo por esos días Miguel Ángel Campos, un expendedor de café y bocadillos en una cafetería, en la colonia Condesa de la Ciudad de México.

El escepticismo con el que la gran mayoría de los mexicanos juzgó el caso contra López Obrador como el supuesto ejemplo de aplicación sin distingos de la ley, quedó confirmado dos semanas después del regreso de Fox de Roma, cuando el presidente, presionado por las manifestaciones en protesta por el desafuero, dio marcha atrás al proceso legal contra el jefe de gobierno.

Si el desafuero en poco había contribuido a modificar la percepción de muchos de que la ley en México se aplica a discreción, la reversión de la acción legal vino sólo a corroborar aun más entre la población, incluso entre los expertos, la apreciación de que en México el estado de derecho está a expensas de poderes extra y supra-legales.

“Las recientes decisiones del Poder Ejecutivo Federal implican un rompimiento del orden constitucional, no sólo porque conllevan la inaplicación de las leyes, sino también porque fracturan la autonomía del Ministerio Público, menosprecian las facultades del Congreso de la Unión. . . y postergan las atribuciones del Poder Judicial de la Federación, que tiene a su cargo la potestad de decidir sobre las controversias planteadas”, escribió en aquel entonces la Barra Mexicana del Colegio de Abogados en un desplegado en el que criticó la decisión de Fox de no proseguir con el caso contra López Obrador, unos días después de que diera marcha atrás al proceso en contra del ex jefe de gobierno.

Histórica ilegalidad

Para los expertos, la desconfianza que gran parte de los mexicanos tienen hacia sus instituciones jurídicas y hacia la aplicación de la ley tiene sus raíces en la historia misma del país. A lo largo de ella, la ley en México nunca ha sido vista como un instrumento para mejorar el bienestar y propiciar el progreso de la sociedad.

Esa falta de resultados reales y la carencia de un vínculo emocional entre la población, la ley y su aplicación, ha hecho que pocos, dicen los expertos, crean en la legalidad en México.

“No cumplimos la ley desde que se creó, en el periodo virreinal”, dijo en una entrevista realizada en aquel entonces Ernesto López Portillo, presidente del Instituto para la Seguridad y la Democracia, una entidad que tiene como finalidad mejorar el funcionamiento de las instituciones encargadas de vigilar la aplicación de la ley, y que esta semana ganó una beca de McArthur Foundation para crear un sistema de certificación de la conducta policial en México. “Nunca quedó claro en nuestra identidad un acuerdo social que le diera a la ley un valor positivo generalizado”.

Si a esa falta de vínculo histórico se agregan las peculiaridades del sistema político que gobernó México desde 1929 hasta 2000, se entenderá mejor por qué 70% de la población, de acuerdo con una encuesta de 2005 de la firma de consultoría Beltrán y Asociados, no cree en la ley.

Mientras el presidente de México gozó de poderes que los historiadores han calificado como imperiales, el desarrollo del poder judicial y del poder legislativo quedó subordinado a las determinaciones y caprichos del presidente en turno.

Frente a esa subordinación, que hacía que la ley sirviera a intereses distintos de aquellos para los que supuestamente había sido creada, pocos en el país podían pensar que la ley era la ley. Por el contrario, la mayoría ha considerado, y esa percepción perdura, que se aplica conforme a la voluntad del gobernante en turno.

“El desafuero debilitó aún más la relación de la gente con la ley: ésa es mi hipótesis”, dijo López Portillo. “Lo que consiguieron fue enviar un mensaje que confirma que la ley está con el poderoso. . . Si al político más popular le hicieron eso, yo creo que se incrementa el sentimiento de vulnerabilidad de la gente frente a la ley. Si al poderoso le aplicaron mal la ley, qué me harán a mi”.

Sin embargo, algunos piensan que, a medida que los mexicanos han comenzado a ganar la batalla por desarticular la presidencia imperial al contar ya con elecciones democráticas, el jefe del ejecutivo ha perdido, hasta cierto grado, gran parte de ese poder meta-constitucional, y han comenzado a surgir los contrapesos naturales de toda democracia, como son poderes legislativo y judicial autónomos.

En buena medida, el hecho de que un tribunal federal fallara en contra del gobierno en el caso de Gómez Urrutia es ya una señal que, al menos en principio, el poder judicial comienza a convertirse en un contrapeso del poder presidencial. Aunque no deja de ser interesante observar, dijeron analistas, que el fallo a favor del líder sindical se da frente a un gobierno distinto al que lo destituyó, lo que resta cierta credibilidad a la actuación del tribunal federal como un poder autónomo.

De cualquier manera, en México la confianza de que las instituciones judiciales apliquen la ley y que la ciudadanía acepte respetarla está lejos de ser la norma. Por el contrario, abogados y especialistas dicen que en México existe una cultura bien arraigada de ilegalidad, que hace que las personas consideren más conveniente y fácil transgredir la ley, que vivir bajo su imperio.

“El país tiene la cultura de la corrupción, no hay mecanismos para detenerlo”, dijo Acosta.

¿Problema cultural o de sistema?

Otros, sin embargo, atribuyen la ilegalidad que permea a la sociedad mexicana a una consecuencia del sistema político-económico-social del país, más que a un aspecto cultural innato a la forma del ser del mexicano. Para ellos, un claro ejemplo de que la falta de cumplimiento de la ley no es una cuestión cultural sino de sistema es el hecho de que una gran parte de los millones de mexicanos que han emigrado a Estados Unidos aprenden pronto a respetar las leyes de ese país, desde las normas viales hasta las disposiciones en materia fiscal.

Allá, a diferencia de acá, dicen, la ley sí se aplica y los castigos a sus infractores, sea quien sea, son severos, como pudo observarse en años recientes en los juicios y veredictos que emitieron los jurados contra poderosos directores generales de empresas, que incurrieron en diversos fraudes financieros, como fue el caso de Kenneth Lay, ya fallecido, y Jeffrey Skillings, ambos ex ejecutivos de la empresa de energía Enron, o de Bernard Ebbers, ex director general de la empresa de telefonía WorldCom, quien también, como los otros dos, fue sentenciado a 25 años de prisión, luego que fue declarado culpable.

Además, el sistema estadounidense además ofrece recompensas a quienes cumplen con la ley, o al menos brinda mejores niveles de vida a quienes trabajan y cumplen con las normas indispensables de convivencia, lo que hace que muchos opten por cumplir con la ley en vez de infringirla, sin que esto obviamente signifique que el sistema estadounidense sea perfecto, o que no tenga problemas.

Para algunos abogados no todo en México debe ser motivo de desilusión. Muchos creen que, aún cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación muestra ciertas torpezas para comportarse como un verdadero poder autónomo, los ministros han tomado importantes decisiones en los últimos años que comienzan a brindarle cierta credibilidad entre la ciudadanía, como fue el caso de su fallo en contra del gobernador del estado de Guerrero en el caso de la matanza de campesinos en Aguas Blancas en la década de 1990, o el reciente fallo en contra del ejército, por despedir a soldados que había contraído el virus del VIH.

Derechos reservados © Cartera, S.A. de C.V. 2007

viernes, abril 13, 2007





Por Eduardo Limón
elimon@eme-equis.com.mx
Fotografía Jaime Boites

Paco Ignacio Taibo II nos recibe en su casa de la colonia Condesa. Bueno, él no, más bien su perrita, la Chirris, quien nada más empujar la puerta luego del timbrazo que permite la entrada, se transforma súbitamente en una pequeña y esponjosa Virgilia
–si tal cosa existe–, que no cesa de mover el rabo y ladrar anunciando la llegada de
visitas. La Chirris se encarrera y sube hacia el primer piso, en el que, luego de un
alocado quiebre de patitas, se encarama en el regazo de su amo. Paco Ignacio Taibo II extiende la mano a través de su pobladísimo escritorio. Retira una inmensa pila de libros de su lado, regresa a la Chirris al suelo y se dispone a conversar armado de dos cosas que, junto con sus celebérrimos libros policiacos y su interés por la historia viva, lo definen instantáneamente: un cigarrillo y un vaso de Cocacola.


Olga Lavanderos dice que su sueldo alcanza para 312 Cocacolas familiares, tú me recibes invitándome una ¿qué historia hay con la Cocacola, Paco?
Soy un impenitente bebedor de refresco de cola, Pepsi o Cocacola, no discrimino, y mi afición no tiene mucho pinche misterio: no bebo alcohol, no me gusta. Trabajando muchas horas de noche, fumando mucho, se te seca la boca, y entonces consumes refresco de cola uno tras otro, y bueno, vas alterando tu gusto, te acostumbras al azúcar. En mi caso, además, creo que lo de la Cocacola ya es un problema energético; una vez la dejé y me caía al suelo de cansancio. Ni hablar, tengo dentro una máquina que convierte el azúcar y la cafeína en energía.
¿A un hombre de izquierda no le crea un gran problema beber compulsivamente refresco de cola?
Alguna vez tuve un problema con un obrero en los sesenta, muy militante, comunista, quien me dijo muy molesto que estaba bebiendo sangre de vietnamita. Yo le dije que no se pasara ni se azotara, y le agregué: “¿Qué es lo único que un intelectual de izquierda no puede hacer? Beber Cocacola en público. Ah bueno, pues eso hago, chingue su madre”. No pareció dejarlo satisfecho mi argumento, y entonces tuve que recurrir a todos los demás argumentos que tengo para defenderme, por ejemplo, que el Che era un bebedor impenitente de Cocacola…

"Hay un momento en la guerrilla boliviana
en que, en un asalto, el Che pide a uno
de sus segundos que vaya al
pueblo y traiga refrescos de cola”

“Cuando digo que me gustan las mujeres de más
de 50 años, inteligentes, y en particular la mía,
me ven gachísimo"

“Tienes que pensar que cualquier cambio profundo
en América Latina pasa por una alianza con
una parte de Estados Unidos"

lunes, abril 02, 2007

Ecos del clásico regiomontano




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Luis Eduardo Aute: "Surgirá una alternativa frente a la globalización catastrófica"


Artista polifacético y coherente consigo mismo, Luis Edurado Aute ha dejado su particular marca tanto en la canción, como en la pintura y en la poesía. Cuarenta años después de Aleluya nº 1, el álbum que marcó el comienzo de una carrera brillante, el cantautor regresa con un nuevo disco en el que le toma el pulso a la realidad, A día de hoy.

¿Cómo sabe cuál es el formato adecuado cuando siente el impulso creativo?
Muy sencillo: lo que viene como imagen lo expreso como imagen, la canción como canción y el poema como poema. Alguna vez he transgredido el formato, pero siempre de manera voluntaria. Sucedió con la serie de pinturas titulada Templo, a partir de la cual escribí poemas que luego musiqué, y suele ocurrir con los Poemigas, apuntes poéticos, muchos de los cuales acaban siendo caciones.

¿Cómo regresa Aute después de cinco años?
Satisfecho y con curiosidad por saber cómo recibe la gente el nuevo trabajo, que es lo más parecido posible a lo que quería hacer.
¿También regresa más escéptico y desencantado?
Escéptico lo he sido siempre. Quizá ahora tengo más sentido del humor y por eso mis canciones se han vuelto más distanciadas e irónicas.
¿Se siente un poco de vuelta como Silvio Rodríguez?
No, porque nunca se está de vuelta de todo por más años y experiencias que cargues a cuestas. Mi escepticismo no es nihilista, es es activo. Sigo manteniendo activo el espíritu curioso y conservo las ansias de aprender cosas nuevas. Ahora con más prisas porque a medida que te haces viejo te queda menos tiempo.

Pero ¿en qué sigue creyendo el escéptico Aute?
Creo que hay una razón de ser de las cosas, creo en la razón de las causalidades, no de las casualidades. O dicho de otro modo, creo en la causalidad del azar. Puedo equivocarme, pero es en eso en lo que creo hoy por hoy.

¿El tesoro de la revolución se perdió en los mapas como dice la canción?
Sí, en algunos mapas se ha perdido ese tesoro, pero ha sido todo un error de los que establecieron cierta cartografía. Pero hay muchos que cuentan con mapas y conservan el tesoro de la revolución. Los antiglobalización, por ejemplo, afirman que otro mundo es posible. Si no es así, apaga y vámonos. Creo en la dinámica pendular de la Historia y en la actualidad el péndulo llega al extremo del desastre. Creo que surgirá una alternativa radicalmente frente a la globalización cotastrófica.
¿Al menos sospecha cuál puede ser esa alternativa?
No lo sé, pero será una alternatica que cuestinone la actual dinámica social. Marx se equivocó en muchas cosas, pero acertó en otras. Las contradicciones del capitalismoavanzado de las que habló forman parte de nuestra realidad cotidiana. Estamos en el principo del final de todo un mundo obsoleto. Somos mucha gente qeu comprtimos el planeta y para sobrevivir tenemos que replantearnos todo: la política, la economía y la cultura mirando hacia nuevos horizontes, no hacia el pasado. El pasado son Naves quemadas.
¿Esta canción fue el detonante del disco?
Fue la primera canción que desarrollé. Siempre reúno material en forma de apuntes y poemigas y cuando tengo suficiento me encierro a trabajar. Con este disco lo venía haciendo desde 2003 y hasta que escribí Naves quemadas y puse manos a la obra. Pero probablemente, éste sea el disco mío con menos concepto detrás.
El conjunto es muy variado...
Son canciones que surgen de ámbitos de creación muy distitnos. En algunos casos como -como los homenajes al surrealismo con Escribo tu nombre y a Velázquez y Goya con triptico de luces y sombras- me han abierto las puertas a una nueva experiencia creativa que seguiré desarrollando en el futuro.
¿Y en Tic-Tac le rinde tributo Brassans?
No, la idea era hacer una canción infantil por que en la infancai el tiempo deja huella, pero no existe. De ahí el aire brassaniano, aunque no estuvo presente en el paro de la canción. O lo estuvo en la misma medida que están presentes en mis cancienos lso Beatles o Albert cohen.
¿El amor es la última barricada de ante la cída de las utopías?
Por lo menos, esta noche como dice la canción. El amor el una escapada a la irracionalidad, para ni siquiera pensar en el mañana. Es una buena excusa excusa para no quitarte de en medio.


El perfil

Edad: 63 años.
Nacido en: Manila (Filipinas).
Estado civil: En pareja.
Hijos: Aute tiene tres, dos varones y una mujer. El mayor de 37, el menor de 19 y la muchacha de 25.

Vicios y virtudes
El tabaco es su principal vicio. "Llevarme bien conmigo mismo es mi virtud, pero según me dicen es un defecto", confiesa. Paradójicamente Aute es un solitario que reconoce "hablar poco y ser poco comunicativo".

Fobias
Internet es un invento estupendo... pero como la tele se utiliza mal es una caja de pandora. Tremendamente útil como tremendamente destructor. Me asusta por su amplia capacidad para que todo quepa, sensación de control absoluto, no queda un rincón mínimo de privacidad, y en la sociedad en su conjunto pasa lo mismo, el anonimato es cada vez más difícil, y eso me inquieta. no navego para nada más allá de alguna bu´squeda concreta.Sinempre estoy haciendo cosas porque el aburrimeinto me aterra si un niños dice papa me aburro hay que llevarlo inmediatamente al psicoanalista...

Obra poética
Matemática de l del espejo, la ... del desonden y tmplo de carne. Animalhada (siruela) en septiembre sale Animlahito con poemas dibujos, el mismo formato la mois dsaglkjlkaajwa.

Obra plástica
Más de una treintena de exposiciones indivivuales. la última una retrsopectiva de 50 años de pintura en Valencia, novienbre del 2005

La música que le ganó al conflicto

La guerra hizo que la música nacional comenzara a sonar en todas las radios. León Gieco creó el himno de aquel momento, "Sólo le pido a Dios"; Raúl Porchetto le cantó a los soldados y la llamada trova rosarina, con Juan Carlos Baglieto, Fito Páez y Rubén Goldín a la cabeza, hizo popular el rock argentino.

BUENOS AIRE (Télam).- La trágica jugada guerrera en las Malvinas tuvo como pilar un auge de carácter nacionalista y anti-inglés que permitió que los "enemigos internos" -como los militares consideraban a los jóvenes rockeros- fueran oficializados y bendecidos ante la nueva realidad.

Grupos y solistas incluidos en el circuito rockero y de la canción popular que eran prohibidos y perseguidos hasta el extremo de padecer que cada recital tuviera un curso incierto y peligroso para ellos y su público, fueron asimilados y estimulados "gracias" a la prohibición de la música en inglés en las radios y en la TV.

Así fue que tanto los rockeros como los cantautores, señalados por "jóvenes" y "extranjerizantes", lograron acceder a un circuito formal que les estaba vedado y hasta pudieron, en medio de la celebración malvinense, colar estéticas y canciones que también cuestionaban la dictadura militar.

León Gieco patentó como himno "Sólo le pido a Dios" pero también cantó "El país de la libertad"; Pedro y Pablo cuestionaron a Margaret Thatcher en "Señora violencia e hijos" pero no olvidaron "La marcha de la bronca"; y Charly García resumió devastadora ironía y crítica en "No bombardeen Buenos Aires" sin por ello dejar de lado la denuncia de "Inconsciente colectivo" o "Canción de Alicia".

En el amplio abanico también salió a la luz Víctor Heredia con "Aquellos soldaditos de plomo" y es

trenó su "Informe de la situación"; mientras que hasta Los Violadores fueron bendecidos por hacer "punk argentino", aunque uno de sus hits fuera el explícito "Represión".

El cancionero malvinense tuvo, además de "Sólo le pido a Dios", su hito coyuntural gracias a la entonces difundida "Reina madre", en la que Raúl Porchetto se ponía en la piel de un soldado inglés para relatarle a su majestad británica las vivencias de la guerra en el Atlántico Sur. "...ellos aman este lugar tan lejos de casa/que ni el nombre me acuerdo/pero estamos luchando/pero estamos matando/.../", cantaba el compositor sobre una melodía pletórica de lamentos.

La democratización cultural no sólo hizo renacer a los hasta entonces silenciados, sino que posibilitó una apertura federal cuya máxima expresión fue protagonizada por el desembarco de la llamada Trova Rosarina que acompañó la voz de Juan Carlos Baglietto, con Fito Páez, Rubén Goldín, Silvina Garré, Jorge Fandermole y Adrián Abonizio

La brisa desfachatada, testimonial y local se aglutinó en los pocos meses que duró la batalla en Malvinas, pero esa fuerza estética acallada por años también sirvió para apuntalar el previsible y doloroso saldo de la guerra y el inevitable fin del oscuro imperio de la dictadura.