Apodaca, NL, 18 de noviembre. En su navegación nacional de la otra campaña, tuvo que alcanzar las inmediaciones de Monterrey el subcomandante Marcos para al fin encontrar condiciones para rendir público homenaje a los fundadores de lo que se conoce como Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Muchos años de por medio, pero ningún olvido.
"Veintitrés años cumple el EZLN, y vayan ustedes a saber por qué o cómo, pero salió muy otro. Tal vez por la extraña mezcla de norte, centro y sur de México que animó sus primeros pasos. O tal vez por la sangre indígena de sus dirigentes, soldados, bases de apoyo y autoridades autónomas. O tal vez por el largo y complicado puente que une, a pesar de los años, la distancia, los dolores, las desapariciones y las muertes, a esta casa, hoy sede de la Casa Museo del Doctor Margil, con las montañas del sureste mexicano. O tal vez por el amasijo de todas esas cosas, que fueron y son la argamasa que nos da identidad, raíz histórica, aspiración y modo a los zapatistas".
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