miércoles, noviembre 29, 2006

El juglar de la revolución cubana

El juglar de la revolución cubana
Por: Celia Hart

Para Silvio Rodríguez en su 60 Aniversario

Canto íntimo XIV

Se ha consignado que Nicolás Guillén sea nuestro Poeta Nacional. Y es
correcto; por asumir el ritmo mezclado y sensual de nuestra identidad; por
su cubanía o cubanidad o cuántas palabras encuentren para concretar esta
cosa que somos que, tal cual la masa o la carga eléctrica es bien difícil de
definir, por lo que es a veces mejor dejar al corazón que las defina.

Como era menester para un verdadero poeta que represente a la
institucionalidad intelectual cubana Nicolás Guillén fue un revolucionario
intachable, militante del Partido Comunista, Presidente de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba y un luchador incansable por nuestra identidad
cultural.. Aquel poema del Che Guevara, leído en la Plaza de la Revolución
que gritaba ¡Espéranos partiremos contigo! Es mi lema desde que apenas era
un bebé.

Poetas...y poetizas (ahora que se anda con aquello de los y las) están por
montones y de calidad insuperable en la pequeña isla de Cuba. Baste echar
una ojeada a los múltiples premios literarios otorgados.

Esta isla que va creciendo a medida que soportamos las disímiles pruebas del
tiempo. En vista que las balas, las amenazas y las mentiras no nos derriten;
nuestros enemigos apelan a la variable tiempo. Esa variable inmutable que
nos convierte en ancianos, y nos enferma...Como están haciendo con el
compañero Fidel. Esperando que el tiempo lo mate, ¡es ya una vergüenza!, ya
que los atentados, perfidias y rezos no lo han podido lograr. Se les olvida
que el tiempo también hace que crezca mucha gente, que se convierten en
expertos luchadores y que nazcan niños llenos de sueños.

Pero dejemos que ellos sigan apelando al tiempo... va y Albert Einstein les
pega un buen susto. Quiero compartir con ustedes ahora, sin embargo otro
cumple: las 60 velitas de Silvio Rodríguez.

Si Nicolás Guillén es el Poeta Nacional de Cuba, Silvio Rodríguez es el
juglar de la revolución cubana.

Y les pido permiso para argumentarlo:

Sin una formación académica en música o poesía ha logrado narrar los
movimientos telúricos de este suceso histórico, que es la revolución cubana
como nadie, con el mejor ritmo y con el mejor decir... Su guitarra y su voz
han crecido al compás de ella. Digo revolución y no de sus desperdicios,
(que también a defecar tenemos derecho).

Tal cual la revolución empezó "sin permiso" de nadie, sin utilizar los
códigos establecidos por manuales y preceptos, Silvio Rodríguez comenzó "sin
permiso", con una guitarrita corriente y usada, émula de que aquellos siete
legendarios fusiles de Fidel. Con unas botas rusas y unos ojos tímidos supo
a quién se aliaba para sus empeños, Haydee Santamaría en la Casa de las
Américas y Alfredo Guevara con el Grupo Experimentación Sonora del ICAI.

Al igual que la revolución fue verdaderamente libre al comprometerse consigo
misma; trascendiendo cualquier aparato de gobierno de fuerza o cualquier
norma puerilmente establecida; Silvio dijo lo que quiso decir: y lo dijo
bien, porque era lo que necesitaba ser oído, aunque a decir de José Martí a
veces va con la humanidad el que va solo, que todos oyen cuando nadie
escucha. Silvio trató como mi revolución de ser olido, aunque en su momento
no todos lo supieron escuchar.

Pero en Cuba no hay hechizo. Todos los cisnes se convierten en princesas.
Tal cual la revolución movilizó a millones de personas en actos casi
imposibles de ser contados, Silvio, fue el heraldo de aquellas epopeyas
gloriosas llenas de fango, sudor, semen y fluidos de todo tipo.

En letras, a veces indescifrables a la primera oída, lograba el misterio de
enraizarnos en nuestro proyecto sin dejar de hacernos flotar por las
aventuras del mundo. Al igual que la revolución cubana, la poesía de Silvio
odia al nacionalismo patriotero sin dejar de ser la más cubana de todas.

No sólo cantó Silvio todas las épocas de nuestra revolución. Desde allá
cuando Fusil contra Fusil no era terrorismo, y el Cielo debería ser quemado
si era preciso...Allá cuando parafraseaba a Federico Engels ridiculizando la
institución del matrimonio, allá en Chile, donde rogó (como todos los
revolucionarios, a cambiar una cuerda por un saco de bala); o cuando se le
perdía un Unicornio Azul, que hizo bromear a mi pueblo en los años ochenta;
o cuando entendió la ley de producción capitalista y la plusvalía en la
inigualable Canción en Harapos con aquello que en una mesa repleta
cualquiera decide aplaudir).

Y cuando llega nuestro poeta a los confusos años noventa, cuando parecía
todo perdido.... nos invitó s a ser aparentemente "necios", esa necedad de
asumir al enemigo y de vivir sin tener precio. Eso es: La revolución cubana
y Silvio Rodríguez han vivido sin poder ser comprados. Quizás por eso, ambos
han vivido criticando de manera obsesiva los estándares, las apologías y la
mediocridad.

Silvio es el cantor de la revolución cubana; que es la revolución del mundo.
Esta que es radical, internacionalista y antiburocrática por excelencia.
Esta que ha seguido los pasos desde el 1892 del Partido Revolucionario
Cubano de Martí, luego Mella, La Joven Cuba, la Juventud Ortodoxa, el 26 de
Julio y el Che ¡Dios! Sobre todo el Che, y por supuesto Fidel... Fidel de
verde olivo, travieso, soñador.

Creo que me lo dijo mi madre una vez ¿Habrá que institucionalizar a la
revolución cubana? Silvio le canta a eso y es Homero, pero participando de
la batalla de Troya. Su guitarra no es la lira de Nerón, es como él mimo
dijo "la guitarra del joven soldado que es su mejor fusil"

Ahora en sus 60, sigue siendo su guitarra uno de nuestros mejores fusiles. Y
en las batallas que nos espera deberá ser engrasada muy, pero muy bien.

Sus letras fueron siempre lapidarias contra la doble moral y los trajes
engomados...Nunca trataron ganar al público con los aplausos banales de
canciones conocidas. Silvio exige que se le escuche, porque hay otra
realidad que él ha visto y nosotros no y que debemos conocer. Nos ha
acostumbrado a la reflexión y no tan sólo al desborde hormonal ¿O será que
sí? ¿Qué reflexionando logramos irradiar nuestro sistema hormonal?

Subversivo, irónico, demoledor y sin tratar de encantar a su público ¿A
quién se me parece? Sí: cuando el Comandante Fidel tiene que hablar en
serio, no trata de encantarnos, ni seducirnos. Lo mágico es que de esa
forma, con la verdad en la palabra y en las cuerdas, ambos nos encantan y
nos seducen.

Fidel va por 80 años, esperanzados todos los cubanos de verle el día 2 de
Diciembre...Silvio 60. Ambos han sido los que mejor han narrado en público
los sucesos de la revolución. Claro que hemos tenido escritores
maravillosos, pero en público y a diario y con esa belleza...ellos dos.
Silvio y Fidel comparten el hecho narrar los sucesos de manera descarnada,
confiados ambos de que la revolución planetaria que comenzó en aquel Enero
no necesita que le agreguen demasiados colores o adjetivos.

Esa verdad que le agradecemos a Silvio Rodríguez es quien lo convierte en
nuestro mejor vocero ¿La verdad de la belleza o la belleza de la verdad? ¿O
será que no existen por separado? Eso lo responderá Silvio o Fidel, y
nosotros los que somos meros espectadores de estos sucesivos milagros,
bendecimos tan sólo tener corazón y oídos para escucharles.

Y Silvio fue también el juglar de los amantes para al menos tres
generaciones de cubanos: El último ron de las fiestas terminaba con el
amanecer irrepetible de Cuba y con alguna de aquellas canciones de amor que
de verdaderas y reales todos y todas pensábamos hecha a nuestra medida. Nos
veíamos con el sombrero, pintadas por Chagall; o desnudas y con sombrilla; o
estallando nuestros cabellos en alguna almohada por algún internacionalista;
o viajando a Camaguey con diez pesos, y así y así

Eso sí siempre con la carga revolucionaria del verdadero amor indomable,
irresistible permanente, pero jamás eterno.

Hace pocos días condecoraron a Silvio y otros compañeros (mi padre
incluido), con la medalla Haydée Santamaría.

Siempre me molestó que mi madre se convirtiera en una medalla. En general me
molestan las medallas con nombre de personas amadas, José Martí, por
ejemplo, pues nadie podrá ser como José Martí, y menos aun debe de serlo.
Mas de seguro son resabios míos de pequebú (como tantos me dicen), no es tan
grave.

Silvio, como siempre puso las cosas en su sitio. Por esa rebeldía que sus 60
parece acrecentar. Además de criticar en plena escena que a nuestro Roberto
entrañable y siempre jugoso no le confirieran la medalla haydée Santamaría.
Roberto Fernández Retamar sabía muy bien lo que hacía...él trataría de que
mi madre estuviese siempre mucho más adentro del prendedor de la medallita.
Y yo lo sé bien, porque veo la luz de mi madre en cada sonrisa de Roberto.
Allí cuando él me mira encuentro dulcemente a mi madre.

Sin merecerlo conocí mucho a Yeyé. Ella de seguro le estaría jalando el
broche a Silvio hasta rasgarle la camisa ¡Más le vale que se ponga una
camisa que no aprecie! Porque Silvio llevará a mi madre allí donde las
medallas son innecesarias y más bien molestas.

Entonces Silvio tal como tú dijiste: Haydée te lo dijo clarito con aquella
voz aguda y salpicona: "no te lo creas, Silvio, no me cristalices, yo no soy
algo inmóvil, yo sigo siendo un alma creadora"

Y así toda mi familia amó profundamente a Silvio Rodríguez por su herética
distinción; por su amor a los proyectos; por su concepto de la amistad y por
ese candor inigualable, que siempre parece ser el chiquito... aquel que
entró en Casa con las botas rusas y la vieja guitarra.

Sin dudas los hermanos Santamaría lo andan felicitando desde donde estén,
que nunca será el Cielo; porque los cuatro están a salvo de perdón,
parafraseando de nuevo a Silvio.

Para el pequeño Abel quedó aquella canción del Elegido. Abel Santamaría fue
sin dudas el Elegido de aquellos hermanos, cuyas tres hermanas tuvieron
antes que nadie fe en el poeta que narraba mientras vivía la revolución
cubana. Esas tres brujitas derramaron su luz en Silvio Rodríguez para que
nos dure por mucho tiempo. Que nadie lo dude.

Yo por mi parte, de Silvio aprendí, sobre todo, aquel lema de que "la
revolución soy yo". Y no un par de burócratas que se creen que lo tienen
todo sujeto. Esos mediocres organizados que fabrican fantasmas de
papel...Esa frase: "La revolución soy yo" me ha ayudado a superar el miedo,
la incertidumbre y la soledad...en estos últimos años.

Entonces gracias a Silvio Rodríguez en nombre de mi generación; en nombre de
mis irreverentes tías, pero sobre todo en nombre de mi madre que de seguro
en su cumpleaños le esconderá la famosa medalla y se le aparecerá vestida de
mariposa para posarse en su guitarra y su garganta.

Gracias por describir mejor que nadie los vaivenes de la revolución del
mundo, que fue lo que Haydée hizo que yo más amara y por ser junto a unos
pocos más (casi todos muertos) el escudo y la confianza que ella le dejara
como legado espiritual a su hijita Celia María, la que gracias a ella es
feliz defendiendo esta misteriosa obra en contra de los feroces enemigos que
la asechan por fuera, y de los pequeños roedores que la quieren hacer
fenecer por dentro. Pues en esta Arca de Noe donde ella colocó a Silvio
junto a Fidel y al Che y a dos o tres más, está lo mejor del mundo que
Haydée quiso para su niña.

¡Vive muchos años más Silvio!, pues Cuba, y sobre todo el mundo te va a
estar necesitando todavía más de lo que lo podremos imaginar para que todos
ustedes, los iluminados, sigan viviendo en las hendijas filosas del
alma..Allí donde sólo el amor se puede transportar en verso y melodía.



FUENTE: ARGENPRESS

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