martes, noviembre 21, 2006

GIECO Y SU PRIMER FIN DE SEMANA EN EL OPERA

GIECO Y SU PRIMER FIN DE SEMANA EN EL OPERA
Sin demagogia

Entre la emoción y la algarabía de un público fiel, presentó "15 años de
mí". Con su generosidad habitual, ratificó que es el músico más querido por
diferentes generaciones.



Pregunta para el lector: ¿hay en la Argentina algún cantautor como León
Gieco? Respuesta: quizás no se entienda la idea de la consulta. Víctor
Heredia pensará alguien, y otros deslizarán decenas de artistas más
importantes, más convocantes, más divertidos...

El punto es que cuando uno va a ver un recital de Gieco, como ocurrió el fin
de semana en el Opera (presentó el show "15 años de mí"), prácticamente sabe
con qué se encontrará y, no obstante, pasará unas cuantas horas con la
adrenalina a pleno. Se emocionará, gritará, insultará, descargará una y mil
sensaciones. No será un recital más. Eso, seguro.

León ofrece shows extensos, multimediáticos, comprometidos, solidarios,
sociopolíticos y con invitados poco conocidos pero talentosos. Lo sabemos.
También se sabe que sonarán "Hombres de hierro", "El país de la libertad",
"La memoria", "De igual a igual", "Cinco siglos igual"... Y que terminará
con "Sólo le pido a Dios". No hay sorpresas. No importa. La gente, que tanto
quiere a León, va a buscar precisamente "eso". Eso que es lo de siempre,
pero también es otra cosa dentro de lo que hay en la música vernácula. El
representa a muchas generaciones, a los desclasados, a los humildes, a los
jubilados, pero también a los que podrían vivir en Callao y Las Heras. El
dice cosas que casi todos saben, pero en boca suya gusta más. Es un cronista
de la música, un permanente "recordador" de los hechos que castigaron al
país, un justiciero -sin pretender serlo- de los escenarios, un artista que
educa como con esos temas recientes como "Yo soy Juan" (en tributo al último
chico nacido en la Esma), "Los guardianes de Mugica" (por aquel cura
asesinado) o "Santa Tejerina" (la chica jujeña que hoy es tema de los
diarios).

El carisma de León parece mover montañas, la gente hasta lo ve hermoso,
musculoso... Deslumbra, como aquella imagen en la que una abuela que, en
silla de ruedas, se acercó a la orilla del escenario. Casi milagrosamente se
estiró hasta estrecharle la mano. La gente, cuando toca Gieco, llena el
teatro porque Gieco es generoso en propuesta, tiempo y contenido. Habrá más
el próximo fin de semana y quizás el otro. Y todo hace pensar que la
historia se repetirá. Obviamente

FUENTE:
http://www.larazon.com.ar/notas/2006/11/20/01313140.html

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