Libera Facundo Cabral sus secretos

Entre las sabias palabras, las chuscas, filosóficas y profundas frases de su abuela, Facundo Cabral confesó a los regios que de ser un vagabundo desconocido se convirtió de la noche a la mañana en una estrella del canto.

Lo que prometía ser un concierto intimista para disfrutar de la poesía y del mensaje reflexivo del cantautor argentino, se transformó anoche en una conversación entre "cuates" que permitió al artista liberar sus secretos guardados en el baúl de los recuerdos.

Inspirado en la emoción y confianza que el público le brindó en el primer concierto que ofreció en el Teatro Monterrey a las 21:00 horas, el trovador reveló a los regios, que casi llenaron la sala, que encontró la fama gracias a que el periodista Jacobo Zabludovsky lo invitó a cantar en su noticiero 24 Horas.

"Eso fue allá por la década de los 70, el día en que llegué a México fui a Televisa a pedir trabajo, pero no me dejaron entrar porque necesitaba invitación, nadie me conocía y no me querían dejar entrar, pero en ese momento apareció Jacobo y sin sabe quién era yo me invitó a su noticiero.

"En el primer bloque canté y al rato estaba llamando María Félix preguntando quién era yo, luego me dejó cantar en el segundo y habló José Alfredo Jiménez para decir que me quería conocer, después el 'Loco' Valdez.

"Después llamó el señor Emilio Azcárraga para decir que me dejaran cantar todo lo que restaba del programa y así fue, ese ha sido el único día en que no hubo noticias, y lo mejor es que esa noche llegué como un vagabundo desconocido y terminé durmiendo en un hotel lujoso y convertido en una estrella, a los pocos días estaba cantando en Bellas Artes", confesó.

El artista contó este anécdota para comentarle a los espectadores, que no perdían detalle de sus palabras, que todo se movía en base a la voluntad de Dios.

En su actuación, que duró dos horas, Facundo no sólo llevó al escenario al trovador que a través de la poesía hace reflexionar a su público, lo conmueve o la transporta a esas atmósferas sutiles llenas de sensibilidad.

También el argentino mostró su cara comediante, su buen sentido del humor y despertó las carcajadas de los espectadores con anécdotas contadas a manera de chistes o las ocurrentes frases de su abuela.

El público no perdió detalle de cada uno de sus mensajes, dirigidos siempre a encontrar a Dios en todas partes, se mantuvo siempre atento a la letra de los temas del repertorio, como "Perdóname Señor", "Dios Va Contigo a Todas Partes", "Este es un Nuevo Día" y "Yo No Vendo, Ni Compro", entre otros.

Poco antes de que se cumplieran las dos horas de concierto, el cantautor argentino, quien sólo se hizo acompañar de dos micrófonos, tres monitores de audio, una mesa y una silla como escenografía, arrancó los primeros gritos del público cuando interpretó "Los Ejes de Mi Carreta", de Atahualpa Yupanqui.

La efervescencia llegó a su límite cuando el artista dejó escapar de su garganta las primeras frases de "No Soy de Aquí, Ni Soy de Allá", su tema más popular, que comenzó a ser coreado por los asistentes y que marcó el final del recital a las 23:00 horas.