jueves, julio 19, 2007

Asoma, ya asoma: se viene "La lengua popular"


"La lengua popular": para saborear, aunque todavía falte un rato para sentarse a la mesa

Cachorro López, amigo y compañero desde Los Abuelos de la Nada, produjo el próximo disco de Andrés Calamaro, que desembarcará formalmente el 11 de setiembre, fecha singular si las hay... Aquí, algunas pistas para saber qué podemos esperar de parte del amigo Andrés, ahora felizmente enamorado y siempre tan increíblemente talentoso.

Los interesados en la obra de los grandes artistas, pero ajenos a su círculo íntimo, jamás podrán entender la frialdad-o la inconciencia, por qué no- que tienen aquellos que pueden sobrellevar la ansiedad de dar a conocer sus nuevos logros. Porque lo cierto es que Andrés Calamaro, como tantos otros de su talla, y más, mantuvo el silencio y una prolijísima discreción para con su nuevo disco, "La lengua popular", desde que lo terminó y le dio el visto bueno, hecho que sucedió hace ya bastante, hasta ahora, cuando en medio de una gira suya por España junto al -desconocido en la Argentina- grupo Fito & Fittipaldis, está asomando, en algunas radios, con un tema, "Cinco minutos más (minibar)", que más rápido de lo que hubiera imaginado el más optimista de la esquina ya instaló una frase -"tengo el minibar abierto y cerrado el corazón"- en el léxico urgente de la urbanidad argentina, y que apunta, una vez más en la carrera de Andrés, a ser un éxito genuino, uno de aquellos que no necesitan de la certificación de importantes ventas en disquerías o de numerosas pasadas en las radios top.

El sucesor de "El Palacio de las Flores" -tan reciente y sin embargo tan lejano ya- se llamará (se llama) "La lengua popular". Tiene la firma de Andrés y la de un viejo compañero suyo, Cachorro López, el amigo Cachorro de los Abuelos de la Nada, imbatible en su rol de productor de éxitos. Presentará 12 temas, todos estrenos: "Los chicos", "Carnaval de Brasil", "Soy tuyo", "Mi gin tonic", "La espuma de las orillas", "Cada una de tus cosas", "Comedor piquetero", "Sexy y barrigón", "De orgullo y de miedo" y "La mitad del uno", más el ya conocido -o en miras de serlo- "5 minutos más (el minibar)".

Las melodías, eso que en el mundo de la música cotiza a precio de euro, dirán lo suyo cuando el disco se haga oír. Y las letras prometen sonrisas cómplices en los oyentes. Dirá Andrés: "Habrá que desenvainar las espadas del texto / Y escribir una canción aunque no haya algún pretexto / Y dedicársela al primero que pase caminando / Al que se quedó pensando / Al que no quiere pensar / Al olvido selectivo / A la memoria perdida / A los pedazos de vida que no vamos a perder jamás". Jeh. Y siempre con humor: "Soy una buena combinación / De Homero Simpson con rolling stone / Saco ventaja de la confusión / Ya sé soy sexy y barrigón". Y ahora, con el traje del enamorado: "Voy a tomarme hasta el pelo. / Mi pelo, por favor, con mucho hielo. / Voy a tomarme hasta los trenes que no van a venir". Enamorado y feliz: "Parte de mí no cambió y a la vez / ya no soy el viejo Andrés que no dormía jamás / Qué subidón, qué momento ideal / Encontré la mitad del amor",

Quienes estén interesados en imaginar el aporte de Cachorro al nuevo disco de Andrés, y en calcular las diferencias que existen con respecto a similar trabajo que hizo el veterano Litto Nebbia en "El Palacio de las Flores", deberán recurrir, por ejemplo, a una prolija escucha de "Bueninvento", el disco de Julieta Venegas de 2000, y al siguiente en la obra de la mexicana, "Sí" de 2004, que marcó el debut de Cachorro López en la producción: uno, el primero, está bien pero no exhibe el punch de sencillez y consecuente sex appeal para con las multitudes, y el otro es un bomboncito a la medianoche: sabroso por donde se lo pruebe. Algo de eso ya se advierte en el single de adelanto del disco: allí se lo escucha a Andrés puro, con su formidable capacidad de songwriter a la luz del día.

"La lengua popular" saldrá el 11 de setiembre, una fecha que a muchos recuerda el bombazo a las Torres Gemelas y a otros menos -lamentablemente-, al día del pinochetazo y del balazo final al enorme Salvador Allende: cada uno sabe qué tiene en su cabecita.

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