jueves, diciembre 14, 2006

FRANCISCO VILLA SOBRE LA MUERTE DE PINOCHET

No soy ajeno a la sensación generalizada de la alegría y la rabia reunidas
frente al mismo estímulo.

Cuando supimos la noticia, saltamos y gritamos, nos abrazamos con mis hijos,
aquellos que hoy tienen todas las edades que yo tuve bajo la dictadura. No
dejaba de ser simbólico, que este engendro que protagonizó por oposición,
casi la totalidad de la vida que hasta ahora he vivido, desapareciera y mis
primeras emociones las recibieran esos seres nuevos destinados al futuro
esplendor de un mundo por delante sin él, sin Pinochet. Sin embargo, no pasó
mucho tiempo antes de caer en la reflexión, de que este adefesio humano
murió finalmente de viejo y la vergüenza me comenzó a inundar
definitivamente, cuando la evidencia cotidiana me reveló que Pinochet sigue
vivo...

Este ser monstruoso, no fue puro azar, fue la síntesis, la encarnación de lo
peor de nuestra humanidad, de ese pequeño Pinochet que todos llevamos
dentro, de nuestro lado oscuro, fue la punta de una pirámide que se venía
construyendo por años, de nuestras propias decadencias. Como lo escribió
Darío Osses, en Chile... el Pinochetismo existía antes de Pinochet... y creo
que lo peor, es que no sólo en los poderosos de siempre, sino que en el
propio pueblo.

Pinochet sigue vivo, no sólo en el modelo económico, no sólo en la
constitución, en el ejército, no sólo en el patrimonio de todos que sigue y
seguirá privatizado, no sólo en la represión policial, en la corrupción, en
fin...Pinochet sigue vivo en nuestras cobardías, en nuestras resignaciones,
arribismos, clasismos, racismos, traiciones, sectarismos, acomodos,
oportunismos, prepotencias, fobias varias... en todo lo repudiable de
nuestro modo de ser chilenos, eso que existía antes de él y que hoy deja
elevado al cubo y enquistado en el alma del promedio de este Chile, este
país de primates con computadoras.

Siento que si "Los Buenos" no somos lo suficientemente generosos y
coherentes en la formulación de un proyecto de país y un mundo
verdaderamente distintos, que nos reencante, revelando lo positivo, que
evidentemente también tenemos, estaremos condenados por generaciones a la
sombra de Pinochet y a todos sus cómplices, estaremos condenados a la
posibilidad cierta de que dada nuevamente las condiciones, desde el seno de
nuestro propio pueblo, vuelva Augusto Pinochet reencarnado, para asesinar,
torturar y desaparecer a nuestros hijos, a esos que abracé delirante y
emocionado un domingo de diciembre, cuando se anunció al mundo: PINOCHET HA
MUERTO.

Francisco Villa

Para Semanario El Siglo

www.franciscovilla.cl

No hay comentarios.: