Él intercedio con el guardia para que me dejara pasar. El guardia ya se había puesto impertinente. No entendía razones, a pesar de que la gente circulaba con singular alegría.
De lado derecho vemos a mi cuate americanista y a mi novia.
Aquí aparece el cartero que no nos atiende, pero nos saluda como si dejaramos propina. Todo un agazajo convivir con él.
En esta última foto, no se que se mas digno de verse; Al oriudo de Polvorosa refunfuñando como todo un ex águila o a Lacho antes de partirse el mentón de manera memorable. Besó el concreto del estadio de manera sensacional!!!
sábado, mayo 23, 2009
Los cuates del estadio
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